¿Se imaginan un mundo en el que cuando te conectaras a Internet no se supiera desde qué país lo estás haciendo? Es decir, que una página web no pudiera discriminar qué contenido mostrarte según el país desde el que te conectas. Desde mi punto de vista, sería algo realmente fantástico y que nos acercaría hacia la verdadera lógica de cómo y para qué se creo Internet.
¿Qué consecuencias tendría lo anterior? En los productos, aunque durante el proceso de compra los fabricantes no podrían discriminar y mostrar precios distintos en función del país y de la moneda local, como al final necesitarás enviar el producto físicamente a algún lugar, en ese momento sí se podrían aplicar un diferencial de precio. Habría cambios, pero pocos.
Pero en los servicios digitales, cómo cambiaría el cuento. Las consecuencias sería numerosas. Algunos ejemplos.
En primer lugar, en la emisión de contenidos (películas, series, programas en directo, etc.) las cadenas y propietarios no podrían hacer discriminaciones por país. Internet sería una única a nivel mundial. Si voy a emitir un partido de fútbol por Internet lo emitiré para todo el mundo y no solo para determinados países. Se podría dar que, simultáneamente, en un mismo lugar del mundo, se pudiera ver ese partido en 10 o 20 webs distintas, de cada una de las televisiones que lo estén trasmitiendo en directo por TV y por la web. Todo el mundo tendría acceso a todos los canales de TV, de radio, etc. del mundo siempre pudiendo elegir aquel que más le apetezca. Si una cadena estrena un capítulo de una serie en EE.UU., en el mismo instante la estaría estrenando en todo el mundo.
En segundo lugar, y enlazado con el punto anterior, todos los servicios de pago tendrían que estar disponibles al mismo precio y en todo momento para todo el mundo. Si Netflix está en Internet, lo está para todos y a un precio único y con el mismo catálogo de contenidos.
En tercer lugar, tendrían que cambiar, como consecuencia de lo anterior, los modelos de negociación de venta de contenidos digitales, ya que, en el momento en el que se pongan en Internet lo estarían para todo el mundo y no solo para determinados países. Debido a ello, también, el lanzamiento de nuevos capítulos de series o de películas se haría simultáneamente a nivel mundial.
En cuarto lugar, es difícil de percibir la magnitud del cambio que este tipo de cuestiones podrían suponer en países en los cuales se dan importantes restricciones al uso de Internet.
En definitiva, sería como si siempre navegáramos con una de esas extensiones del navegador que te permiten ocultar y/o cambiar el país desde donde estás navegando. Pero en vez de hacerlo medio de estraperlo, que esa fuera la forma normal de navegar. Una Internet sin fronteras entre países. Una Internet única para todos. Una Internet en la que no se supiera de qué país vienes en función de tu dirección IP. Un sueño que probablemente no se haga realidad, pero ¡qué fantástico sería si así fuera!.
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