Ponerle precio a lo digital es complicado. Estamos acostumbrados a que las cosas físicas tengan un precio pero, normalmente, ponerle un precio a los bienes o servicios digitales no es tan sencillo. Por ejemplo, ¿cuál debería ser el precio de un libro digital?
Tanto es así que, en la mayoría de los sectores digitales, estamos viendo la aparición de modelos basados en la suscripción. En vez de pagar por poseer un bien, pagamos por acceder al mismo. Por alquilarlo temporalmente. Economía de acceso, se ha llamado en muchos casos. Spotify, Kindle Unlimited y otros muchos ejemplos de servicios en Internet siguen este modelo.
En vez de pagar por comprar canciones en un CD, pagamos por tener acceso a ellas. Eso sí, en cuanto dejemos de pagar, dejaremos de tener acceso (aunque en el caso de Spotify podemos usar la opción gratuita).
Esta fijación de precios es aun más compleja en el caso de aquellos servicios que, además, recibimos ya gratuitamente. Ya estamos acostumbrados a no pagar. ¿Cómo medir cuánto estaríamos dispuestos a pagar? ¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por usar Facebook? ¿Y por usar Twitter? ¿Y por usar Google Maps? ¿Y por mantener nuestra cuenta de Gmail? Difícil de medir, ¿no?
Buscando responder a estas preguntas, tres investigadores, Erik Brynjolfsson, Felix Eggers y Avinash Gannamaneni, han llevado a cabo una serie de experimentos, publicando sus resultados en el documento denominado «Using Massive Online Choice Experiments to Measure Changes in Well-being» (y luego resumido por Tim Harford en «Treat social media like email and search engines«). Como preguntar cuánto pagarían por usar cualquiera de las anteriores herramientas probablemente llevara a resultados atípicos, lo que hicieron fue preguntar qué cantidad aceptarían por dejar de usar el servicio durante un mes. Los resultados anualizados son los siguientes:
- Por dejar de usar medios sociales/redes sociales: 300 dólares al año.
- Por dejar de usar el comercio electrónico (y volver a las tiendas a comprar): 850 dólares al año.
- Por dejar de usar vídeo bajo demanda (Netflix, YouTube): 1.150 dólares al año.
- Por dejar de usar mapas digitales (Google Maps): 3.500 dólares al año.
- Por dejar de usar el correo electrónico: 8.500 dólares al año.
- Por dejar de usar buscadores: 17.500 dólares al año.
Interesante, ¿no?
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